miércoles, 20 de mayo de 2015

La visita a Chapultepec y la cultura de la discriminación en México

La visita a Chapultepec y la cultura de la discriminación en México



*ADVERTENCIA: El siguiente escrito esta largo, MUY largo, si solo quieres leer sobre las cosas hermosas que pasaron durante la visita a Chapultepec, espera mi siguiente entrada de blog, en esta entrada únicamente trataré sobre el desaguisado que ocurrió antes de lograr entrar. Lo que estas a punto de leer es únicamente mi experiencia personal, dos personas pueden vivir un mismo hecho y tener dos puntos de vista completamente distintos sobre ello, recomiendo leer varias versiones si es posible para que hagas tu propio criterio y aun así, NADIE tiene la verdad absoluta. Lee pues bajo tu propio riesgo.

El domingo 17 de mayo de 2015, un grupo de Lolitas y Dandys visitamos el Castillo de Chapultepec, para ver la exposición “Hilos de Historia”, la cual contiene piezas del siglo XVIII, XIX y XX.
Una de las organizadoras de la salida, días antes, ya había acudido al lugar, y había hablado con el departamento de difusión cultural, para avisar sobre la visita que haría el grupo, le dijeron que no habría problema y le pidieron que enviara una carta, la cual ella envió y nunca obtuvo respuesta.
Al lugar llegamos separadas en 3 grupos, uno primero pequeño de unas 3 o 4, las cuales pasaron sin problemas, después otro más extenso de unos 15, al cual detuvieron, y finalmente otro de alrededor de 15 también, en el cual iba yo, y cuando vimos al 2º grupo en la entrada detenidos preguntamos, ¿qué ocurre?, la respuesta fue “No nos dejan pasar”.

Un hombre, aparentemente encargado del área de seguridad, estaba hablando con uno de los Dandys del 2º grupo y al mismo tiempo estaba llamando a alguien que probablemente se encontraba en el área administrativa dentro del Museo. La organizadora le explicó de los trámites que ella ya había realizado previamente, pero seguíamos ahí detenidos esperando las órdenes de quienquiera que fuese con quien estuviese hablando. Finalmente nos dijo “Pueden pasar pero no pueden tomar fotos”, y nuevamente comenzó un argumento sobre por qué tendríamos prohibidos tomar fotos si a otras personas si les estaba permitido. Yo, enfadada, en ese momento le pregunté que si esa restricción era para todos, el tipo contestó ofuscado y bajito como para él “¿y tú qué?”. Ahí yo decidí que no teníamos por qué perder tiempo con esas cosas ya que no estábamos cometiendo ningún delito y no tenían por qué negarnos los mismos derechos que a cualquier otro visitante y me metí, pero vi que el grupo seguía ahí detenido hablando, así que me regresé hasta que finalmente ya todo el mundo pudo pasar.

Mientras íbamos subiendo, en las taquillas que se encuentran antes de la entrada, una mujer con un micrófono estaba dando indicaciones básicas, de repente, esta persona dice en el altavoz: "No se pueden tomar fotos las personas con 'indumentaria especial'".
Ahí algo explotó dentro de mí, porque una cosa fue en la entrada que nos indicaran las restricciones, que deben de ser para todos por igual, y otra cosa muy diferente era ser señalado en público para que todo el mundo escuche y vea cómo somos estigmatizados.

Justo después de esto, otra persona nos detuvo antes de entrar y nuevamente se hicieron todas las explicaciones previas, esta otra persona fue mucho más amable y nos tardamos mucho menos, finalmente ingresamos.

Después de lo de la persona al micrófono, yo empecé a twittear sobre los hechos que estaban pasando en ese momento con el hasthag #DiscriminoenChapultepec, etiquetando a la Conapred, con la intención de que las autoridades conocieran sobre el atropello a las Garantías Individuales que estaba ocurriendo, también compartí en Facebook el asunto.

Ya de regreso a casa fui viendo los comentarios que había generado y en verdad mi asombro fue creciendo cada vez más al ver a mucha gente diciendo cosas como, “que exageradas”, “dejen de victimizarse”, “es normal”, “qué esperaban”, “para qué van así”, etc.

En verdad me llené de dolor y desesperanza al ver todos esos comentarios, y no por lo que ocurrió sino porque esos comentarios vienen de gente joven, quienes en teoría deberían de ser los más interesados en crear una sociedad incluyente y respetuosa. Empecé a llorar al ver cuánta gente está tan acostumbrada a la humillación y los maltratos que les parece “normal”, cuánta gente esta tan apática y tan convencida de qué nada cambia nunca que simplemente tiran la toalla.

Ciertamente vivimos en un país donde 43 personas aparentemente fueron desaparecidas por autoridades y a pesar de miles de ciudadanos preguntando por ellos sigue sin haber certeza de qué ocurrió. Sin embargo, eso no debe ser razón para justificar más vejaciones diciendo “¿qué esperas?”, ¿qué espero? Pues espero lo mejor, porque esa es la manera en la que me conduzco, porque vivo una vida honrada, trabajando y ayudando en todo lo que puedo a mi prójimo, y si no me lo retribuyen no me molesta, sin embargo en este caso no se trata de un “otro” privado, sino de una entidad pública, que sus trabajadores ignoren que son servidores públicos y cuáles son sus derechos y obligaciones no hace que a mí se me olvide. Su salario se paga con mis impuestos, con lo que yo contribuyo cada día en mi trabajo, y por tanto deben de tratarme con el respeto que exige la Constitución que nos  rige como país.

Por ahí uno de los comentarios que vi decía algo así como que “solo porque tú te sientas orgullosa de tu vestimenta no va a hacer que los demás tengan que respetarlo”. Discúlpame pero perdóname pero en el caso de una persona que da un servicio público SI ESTA OBLIGADO a respetarlo, porque lo dice el art. 1º constitucional, el cual por lo visto muchísima gente no lo conoce, por lo tanto se los comparto:
“QUEDA PROHIBIDA TODA DISCRIMINACION MOTIVADA POR ORIGEN ETNICO O NACIONAL, EL GENERO, LA EDAD, LAS DISCAPACIDADES, LA CONDICION SOCIAL, LAS CONDICIONES DE SALUD, LA RELIGION, LAS OPINIONES, LAS PREFERENCIAS SEXUALES, EL ESTADO CIVIL O CUALQUIER OTRA QUE ATENTE CONTRA LA DIGNIDAD HUMANA Y TENGA POR OBJETO ANULAR O MENOSCABAR LOS DERECHOS Y LIBERTADES DE LAS PERSONAS.”

Cualquier persona tendrá todo el derecho del mundo de burlarse y pensar lo que quiera en la privacidad de su mente y de su hogar, pero en una Institución Pública tiene la obligación de respetar las leyes que nos regulan.

Sobre el comentario de “ser víctima”, habiendo vivido abuso, como 7 de cada 10 mujeres mexicanas lo viven en algún punto de su vida, fui una persona con conflictos durante una buena parte de mi vida, no negaré que viví prácticamente 2 décadas en completa victimez, culpando a todos los demás de mis problemas cada que me convenía, afortunadamente desde hace años comencé un viaje profundo dentro de mi ser que me ha llevado a trabajar eso, y si hay algo que procuro evitar en todo momento es precisamente “ser víctima”, vivo mi vida en total responsabilidad de mis acciones, por tanto a esas personas que piensan que hacer valer mis derechos como ciudadana de México es “ser víctima” les solicito que busquen sobre Asertividad. Yo no culpo a quienes nos detuvieron, pienso que es producto de su ignorancia y de su falta de cultura respecto a temas de discriminación, por eso el llamado ha sido a que sean educados por las instancias correspondientes,  y precisamente asumo la responsabilidad que me corresponde, que es educar en el conocimiento de estos derechos, por algo estudié Derecho.

Otros decían “es qué eso deben tratarlo con las autoridades correspondientes, no en las redes”. A “las autoridades correspondientes” ya se les había notificado con tiempo sobre la visita, lo cual para empezar no debería de ser, como pueden ver en el experimento que hizo Tamara de Anda, quien se enteró de lo ocurrido a través de twitter, se le llamó al Museo y ellos dijeron que no había ninguna restricción ni necesidad de enviar ninguna carta por ser un grupo grande, pero si “vas vestido raro” ahí si te hacen que hagas peticiones especiales.

Lo que muchos no entienden es que justificar esta agresión es justificar las agresiones que se dan contra mujeres y hombres indígenas, “por vestir raro”, las agresiones que se dan contra travestis, transgéneros y transexuales “por vestir raro”, el acoso a mujeres en espacios públicos “por vestir como putas”, etc.

Decir “es normal” es equivalente a decir “está bien”, y no lo está, como lo dije en twitter: La “normalización” de la discriminación es la forma de perpetuar el problema.
Los discriminados están tan acostumbrados a ser discriminados y a vivir abusos que ya ni lo cuestionan.

Y perdóname pero discúlpame pero al decir “es normal, así es”, TÚ estás viviendo como víctima, porque estas aceptando tácitamente cualquier cosa que te hagan y por tanto te estás quitando el derecho a réplica.



Así que yo te invito a que abandones tu victimez y te atrevas a vivir una vida en responsabilidad, una vida en la que la asertividad sea tu guía, una vida en amor propio y dignidad, necesitamos de todos para lograr un mundo de paz, de inclusión, de respeto y de amor, tu eres Gandhi, tu eres Martin Luther King, tu eres Madre Teresa, tu eres Hidalgo, tu eres Morelos, tu eres Aristóteles, tu eres Platón, cuando validamos cada día todo lo que en generaciones hemos aprendido que funciona para coexistir mejor en sociedad, somos ellos.